-Thiago-
Cuando te detenés a mirar el mundo, a observar la belleza
que nos rodea, cuando te reís hasta que no podés más con tus amigos,
cuando hacés lo que amás hacer, cuando viajas a un lugar que no conoces,
cuando escribís una canción, cuando se te acelera el corazón ante una
mirada, cuando haces el amor, cuando amás a una chica… te sentís vivo.
Pero
no solo la felicidad te hace sentir vivo, sino también saber que dejás
un testimonio de tu vida, saber que cuando ya no seas, algo de vos
seguirá vivo en lo que vendrá.
¿Pero si sabés que no hay futuro? ¿Que
nada de lo que hagas, ningún legado que dejes, ninguna contribución que
hagas te va a sobrevivir? ¿Si sabés que todo se termina es posible
sentirse vivo?
¿Cómo se puede ser feliz sabiendo que la vida se va a convertir en invierno? En un invierno eterno.
Las
cosas que nos hacen sentir realmente vivos son las cosas que vencen a
la muerte, las que perduran en el tiempo. Porque el éxtasis, la
felicidad, es trascender. Es el momento en que todos somos eternos y
estamos vivos de verdad.
De todas las formas de egoísmo la peor es no
pensar en los que vendrán. Sin ellos, sin la noción de que la vida es
un ciclo sin fin nada tiene sentido.
Te sentís vivo no cuando la vida
pasa, sino cuando vos pasás por la vida, cuando perdés el miedo a morir
y a vivir. Te sentís vivo cuando sabés que cada momento es único,
irrepetible, cuando sabés que nada empezó con vos y nada terminará con
vos.
Solo sabiendo que habrá un mañana es que podremos vencer a la muerte, y sentirnos vivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario